Al hilo de la
Falsa Hegemonía Moral de la Izquierda, que la mayoría de los españoles ha
aceptado como cosa dada, quiero proponer un paso más en la reflexión de esta
extraña percepción. La “Marca” izquierda con la que muchos creen que
perteneciendo a ella se pueden cometer las mas atrabiliarias fechorías, cambiar
de discurso cuando peta, y a la misma vez apoyar lo que se denuncia y/o
viceversa, está en estos momentos viva en España únicamente. Al menos en la
manera y modo como aquí lo está. Parece ser que debemos aceptar como lícito,
por mor de la democracia a tramos que padecemos, que los de la izquierda
extrema, aquellos que su fin último es la abolición de los partidos e instaurar
la dictadura, sea del proletariado o de la Nomenklatura campen y den doctrina.
Hay algunos que esbozan las ideas dictatoriales desde otros extremos. Cierto,
salvo que aquellos no cuentan ni han contado nunca con votos suficientes para
manejar nada. Sin embargo, estos izquierdosos nuestros, campeones de la
experimentación social arrasadora de generaciones completas, han gobernado y
gobiernan Capitales y pueblos así como tienen actas de Diputado y Senador.
Otros algo menos extremistas pero también de Izquierdas-según ellos- y con pasados a olvidar, han gobernado durante
muchos años este país, siempre con resultados catastróficos para los
ciudadanos, con una corrupción sin límites y unas actuaciones tremendamente difíciles de
explicar y menos aun de justificar. Y debo Colegir que si han estado o están es
porque parte del listísimo pueblo español les vota. Les quiere ahí, para que
hagan lo que están haciendo o han hecho. Que continúen con su gestión y mando. Cierto también es que votar a esta
“derecha” que padecemos es un acto de tragar sapos enormes y peludos, solo
aptos para estómagos fuertes o para escasos en el arte de la reflexión crítica
especializada. Si aun así, hay un porcentaje que quiere ejercer el “derecho” al
voto, es porque aun creen en los actos de fe y además esperan los más, sacar algún
rédito del tema. De otra manera, tampoco se explica. De un análisis
pormenorizado de la condición, extracto social, y demás características del
votante de izquierdas, se extraen jugosas conclusiones. Por una parte, que, un
porcentaje importante o la mayoría de los votos procedentes de ese sector de
“pensamiento” o embestida, procede del segmento poblacional de no aportantes
sino de extraentes. Me explicare. En este país, hay ciudadanos
que obtienen sus emolumentos o ingresos del sector privado. Este sector privado
crea una oportunidad de industria, negocio o actividad profesional que colecta
ingresos de otros ciudadanos, y, a través de la imposición directa, IVA u otras
indirectas, paga sus impuestos en dinero creado en la actividad. Actividad
productiva o aportante. Los ciudadanos
que obtienen sus ingresos de las Instituciones públicas, y que también pagan
sus impuestos del dinero que reciben, se diferencian únicamente de los privados
en que el dinero que se les entrega proviene de lo extraído al colectivo
anterior. Esto es, extraente,
al no aportar flujo nuevo al circuito. Se desprende pues que lo que hay que
incrementar es la economía privada o aportante ya que en España, las empresas
publicas no aportan casi nada mas bien consumen y algunas muchísimo. Nótese que
no las he querido calificar ni
clasificar o dividir entre productivas o improductivas. Excesivo respeto. Los
médicos producen salud, los policías
deberían producir seguridad, los Jueces, podrían producir justicia, y los
docentes, estarían obligados a producir enseñanza de calidad e independiente. Así, llamarlos improductivos “a
priori”, me parece injusto. Si tenemos como referencia que los posibles votantes
de izquierdas que trabajan por cuenta ajena en empresas privadas, estarán
afiliados a los sindicatos en su mayoría, dejándoles un gran margen de error
por prudencia, llegamos a concluir que la extracción del voto de izquierdas es
mayoritariamente proveniente de empleados públicos de todos los ámbitos y
categorías. Este voto de izquierda asimismo es un voto de sesgo “a la contra”.
Me refiero a la circunstancia que se da en que apoyen a los separatistas de
todo signo, a los terroristas y/o a sus marcas blancas, a los musulmanes “radicales”,
y a todo lo que se revele antiespañol, antiidentitario, anticultural autóctono,
pro venezolano, pro cubano, pro chino y anteriormente por supuesto, pro Ruso Soviético
incluidas Teocracias, Dictaduras y lo peor de este mundo. En en fin todo lo que
se menee que sea Venezolano y cercano. Es un sesgo que la izquierda lleva
impreso en su código genético. Como un imán y el metal. En movimientos automáticos
y peristálticos, se adhiere a toda la hez de la humanidad, odiando de paso a judíos
y americanos. Esa es nuestra izquierda. Se unen de tal manera que les importa
un rábano las consecuencias apocalípticas que provocan, ni si se fagocitan
entre ellos o si les roban el queso. Son de izquierdas, los inventores del “cordón
Sanitario” y de pactos como los del Tinell. Ahora pretenden, unos más que
otros, que hay que regalar España y fomentar la subvención, el salario social,
y la subida de impuestos. No solo sin corregir el gasto, sino que aumentándolo estratosféricamente con salarios
elevados y derechos ilimitados para algunos-todos. De vuelta el poder a los
sindicatos y regreso a los convenios colectivos incumplibles. Ellos, los no
aportantes, quieren repartir lo que se extrae de los aportantes. Y dicen
seguidamente, de donde van a sacar para lo que destacaran. De los “Ricos”.¿?
Así, rotundamente. Suponen y afirman además que los que ellos llaman Muy ricos,
van a dejarse enjaular para producir recursos que después dejaran
solidariamente que se los quiten para repartir. Y que voluntariamente asumirán
el papel de suministradores de fondos ilimitados y se quedaran a vivir para
siempre aquí en la esclavitud colectivista. Esto además sin necesidad de Vopos
en las puertas de los centros ni alambres electrificados ni torturas de picana
para los más rebeldes. Daria risa,
pero no, no es una broma. Y aquí de bromas estamos para las Justas.
Votantes de Izquierda… A Reflexionar
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