No les voy a hablar aquí de
héroes que resisten a la invasión, a la opresión o la indignidad. Muy al
contrario les hablare hoy de la resistencia de ciertas clases sociales a que
nada cambie para continuar disfrutando de sus privilegios y prebendas. Tampoco
crean que este sea un alegato apoyando a los que falsamente enarbolan la
bandera del Progreso y la defensa de los necesitados o dependientes. No. Hoy y aquí, ese asunto
que se inventaron en su día de derechas e izquierdas, de Progresismo e
inmovilismo, quizás con cierta base, pero con dirigentes equivocados y
mezquinos, no solo no existe sino que está muy mezclado. Sin ningún género de
dudas, hoy en día ciertas Izquierdas seguramente sean mucho más oligarcas que
ciertas derechas abnegadas y trabajadoras. En cuanto a privilegios, creo
firmemente que los beneficiarios se dan de lejos, mas, entre los que falsamente se autoproclaman
Progresistas y del Mundo Social, que entre los ciudadanos y clase media en
general que no les secundan casi nada. Progresía fatua, Sindicatos, Izquierdas
en general y los vergonzantes que no descuelgan la palabra Obrero de sus
siglas, ofendiendo cada día a los verdaderos obreros sufridores ciertamente de
la crisis. Pero no quiero dar solo a un lado. Gente “de orden”, educados, preparados,
jubilados de nivel por sus cotizaciones que les legitiman, a quienes se les
podría englobar en cierta “derecha” por usar terminología que desprecio aunque necesaria para la comprensión aun, pero también
cierta izquierda, culta y elevada, ya emancipada de aquellos discursos
“Guerristas” y guerracivilistas, también
están unidos en el umbilical a los mencionados anteriormente. ¿Y
qué les une a tan dispares grupos de ciudadanos, casi siempre
enfrentados? Pues el miedo inoculado desde el poder inicuo al cambio que les
pueda quitar sus privilegios. Cierto y verdad que una gran mayoría se han ganado algún derecho, y han pagado toda
su vida con la esperanza de tenerlos. Cierto también que los gobiernos
sucesivos han entrado a saco en las reservas y se han llevado hasta el agua del
canario y ahora nos cuentan que no hay para todos, aunque lo hayamos adelantado
con sacrificio. Pero la mayoría goza de privilegios ya que la realidad candente
es que no es posible extenderlos a todos los ciudadanos por igual. Y en esto
están de acuerdo los dispares, en que a ellos no les toquen lo suyo, y que es
mejor que esto siga lo que siga a ver si escapamos. Esta es la verdadera
resistencia que hoy en día no tiene color, ni olor ni sabor, pero que no es
agua limpia. Claro está que por otra parte están los “blindados”. La clase
política, la primera con blindaje de Brinks&MC, de acero sueco. Luego la
oligarquía financiera que abarca todo ya que en sus consejos de administracion
hay y ha habido de todas partes. Silentes y cómplices mientras la manguera del
dinero, que digo regaba, anegaba, sus verdes huertos. Nosotros pagamos sus
“errores” de deuda privada, con dinero público, la acción más perversa jamás
efectuada por gobiernos legítimos y que al parecer será lo que se imponga en el
futuro. Sueldos estratosféricos mientras embargan a viudas y discapacitados.
Esa es la clase financiera que tenemos, muy política y muy blindada.
Y al final, pero no los últimos, están
los “colocados” en todas, las “instituciones”, inútiles, sesgadas y previsibles
la mayoría, en los estamentos la mayor parte ridículos y absurdos, como
embajadas y hasta “agencias espaciales”. No se rían, es cierto, hay autonomías
que las tienen y empresas publicas que se fundaron hace 20 años para fin concreto
terminado, y que aun tienen presidentes, secretarias, coches oficiales,
despachos y mucho mas. No debemos
olvidarnos de los indignos “perfiles ocultos” para Hacienda que denunciaban los
inspectores hace poco, y la parentocracia, la amistocracia y la partidocracia
que enfanga empleos públicos, oposiciones y ascensos varios.
Ese núcleo de Resistencia, que ya solo unos pocos financiamos, en
absoluta indefensión y desigualdad fiscal, y que está formado por familias de
toda condición, clase y origen, es lo que de verdad lastra a este país. Se
resisten a cambiar, a Innovar, a romper desde la Ley electoral bastarda, hasta
las leyes fiscales confiscatorias y desiguales y casi todas las demas. Se
niegan a imponer el ahorro, la
escrupulosidad, el rigor y la honestidad, por lo que los corruptos, como setas
en octubre salen desde todos los lugares con la bolsa bien agarrada y que jamás
devolverán. Mientras, nos quedamos viendo aterrados la impunidad de los
ladrones y prevaricadores, y que nuestros amigos, vecinos, colegas y parientes,
forman parte de esa “RESISTENCIA” que nos impedirá nunca que se arreglen de
verdad los problemas de este país. Sé
que no gusta, pero normalmente, ese no renunciar a los privilegios por egoísmo
y miedo, es suicida. La historia nos enseña decenas de miles de “Resistentes a
ceder privilegios” que acabaron creando desastres, guerras y cosas peores si
las hay. A Reflexionar.