HIPOTECAS

L. Soriano 27/01/2011 

Ciertamente es una magnífica noticia que los jueces hayan puesto la primera piedra en el camino del despotismo confiscatorio que oprime al hipotecado. Es el primer paso del trayecto de mil millas, pero es un paso que puede abrir el melón, imprescindible para que esto se convierta de verdad en actuaciones políticas encaminadas al l beneficio real de los ciudadanos.

No debemos demonizar a los Bancos. Están a lo suyo y no es obligatorio pedir créditos. Pero es un sistema que la clase política que nos representa ha consentido, y muchas veces promovido, con una legislación opresiva y lesiva para el solicitante de los prestamos, y sin las garantías debidas de que el que se hipoteca sepa realmente que es lo que se “juega” poniendo una firma ante notario y con una actuación registral. Esto que parece enfocar de otro lado, es simplemente, reflexionar sobre el porqué se les deja que nos asolen con tasaciones partidistas, aperturas, estudios, gestorías, hipotecas con suelo, gastos desorbitados, costos extraordinarios, minutas notariales con doble valor de lo realmente solicitado al incluir la hipoteca, registros, comisiones de cancelaciones y levantamientos de hipotecas además de otros etc. El hecho es, que cuando se hipoteca una familia, pone a su nombre el bien, lo registra a su nombre y el dinero para que se lo paguen al vendedor, normalmente un constructor,lo pone el banco y gira a cargo del hipotecado, independientemente de que obligatoriamente lo haya destinado a la compra y quede constancia notarial y registral con la anotación preferencial del dominio de la entidad financiera sobre el bien en caso de impago. Esto es una clara indefensión de la parte hipotecada, y una clarísima ventaja para la entidad financiera, ya que si el valor de lo comprado baja según el que presta, el hipotecado tiene la obligación de cubrir la diferencia. Pero ¿por qué consiente esta situación el sistema, el Banco de España, las Leyes garantistas, la protección, la defensión y la justicia natural y todo lo que quieran más? Normalmente aquí está la respuesta a tanto despropósito. La paradoja de que cuando el Gobierno de turno emite deuda, difícil de colocar fuera de nuestros mercados, la asuman los Bancos patrios les puede dar una pista de el porqué les dejan hacer lo que hacen. Si para que las cosas funcionen hay que pedir créditos, ya les digo que hay que cambiar muchas, demasiadas cosas.

Con las Leyes en la mano, difícilmente se podrá cambiar todo lo establecido por mucho voluntarismo que se tenga, ya que en estos temas, la búsqueda de la Justicia en el fondo no es de aplicación, y hay que atenerse a lo vigente. Por eso es muy importante que se cambie toda esta legislación actual por una favorecedora al ciudadano, para que esta sentencia no sea un caso aislado o exepcional. Esto seguramente provocará una subida importante del costo de las hipotecas, unas garantías más exigentes, unas “entradas” a cuenta más altas a la hora de comprar propiedades, y disminuirá drásticamente la solicitud de ellas. Esto hará que los Bancos se resistan mas a acaparar deuda soberana, que los constructores que quedan, fomentados por los bancos y los gobiernos, huyan del mercado a cientos, aumente el paro, que Hacienda recaude menos por Trasmisiones y AJD, y que el mercado inmobiliario se hunda algo más. Pero había que hacerlo para poder empezar a limpiar toda la basura de este sector.
Y esta sentencia es un buen paso y un buen comienzo.

A Reflexionar

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